Una "pequeña" crisis...

...de ansiedad.

Eso es lo que me ha diagnosticado la doctora Amelia en su pequeña y vieja consulta sita en la calle Federico Gutierrez de Madrid. Que tengo ansiedad, me ha dicho.

Yo lo venía notando, porque desde que hace dos semanas me fui a Santa Pola a relajarme, lo cierto es que no me he relajado. De hecho, cada día que ha pasado desde que empezara el último mes, mis nervios han ido cogiendo carrerilla, y una serie de acontecimientos les han acabado por dar vida propia. Por esa razón hacía un par de semanas que no escribía nada aquí. ¡Espero que me halláis echado de menos! En Santa Pola me he dedicado a la placentera vida de ir a la playa a leer (el Pintor de Batallas, de Reverte, absolutamente recomendable para todos) y tomar el sol, y dormir el resto del tiempo. Pero como no terminaba de relajarme, decidí volver a Madrid para aprovechar el tiempo y estar con mis amigos. Al principio todo iba bien, pero cada día estaba más nervioso, hasta que el Jueves saliendo de fiesta acabé haciendo crack.

Qué dificil es afrontar la vida con paz interior verdad? Echo profundamente de menos aquella vida tranquila que llevaba antes, pintando, dibujando, pasando de todo. Ahora todo es distinto. La vida tiene mucho peso, parece que cada día cuenta más que el anterior, y resulta imposible relajarse cuando nada en tu vida es seguro. Tal vez la clave sea aprender a convivir con la incertidumbre del mañana. Tal vez intentar controlar cada aspecto de la vida nos limita a vivir en lo conocido y en lo rutinario. Tal vez la dificultad aparece cuando nos olvidamos de lo que verdaderamente nos importa. No son los objetos, ni las posesiones. Ni los amigos, ni las novias, ni la familia. Al final lo que verdaderamente importa es conocernos a nosotros mismos y saber qué necesitamos para ser felices. Porque cuando conseguimos estar en paz con nosotros mismos, es cuando por fin conseguimos estar en paz con todo lo demás, y es cuando por fin estamos listos para disfrutar plenamente de la vida.

La vida nos engaña, nos manipula, nos miente. Nos atamos a falsas necesidades, como mantener a nuestro lado a la gente que creemos que es importante, o ser los más especiales y los más atractivos, sin contar con comprar todo lo que nos echan a la cara. Y estas fantasías se acumulan, y las intentamos abarcar como podemos. La felicidad no la trae nada de eso. La trae el estar bien con uno mismo. Y aprender a quitarnos de encima todo aquello que nos impide estar bien con nosotros mismos, como las convenciones sociales, las falsas necesidades, o las personas que nos rodean y que no hacen más que quitarnos energía, es lo que al final nos puede llevar a sentirnos bien, y a ser felices.

Qué fácil es decirlo verdad? Ahora me voy a tomar el Lexatin, 1 dosis por la mañana y otra por la noche, para aliviar los síntomas de la ansiedad e intentar conciliar el sueño. Si me quito de encima este problema, aprovecharé para quitarme algunos otros que vengo acarreando desde hace tiempo. Y volveré a pintar. Y volveré a dibujar.

Y vosotros habréis de verlo.

Os dejo una fotografía de unos pescadores. La hice en Santa Pola, paseando por el puerto. Hace años que no me siento lo suficientemente bien y tranquilo como para ir una tarde entera a pescar. Un abrazo a todos!