31.7.09

faustoArt Cinema: Asalto al Tren

AVISO: Esta crítica contiene SPOILERS. Está dirigida a personas que hayan visto la película, o a personas que sienten interés por ella y no les importe que el argumento les sea revelado, dado que la intención de la misma es realizar un análisis de sus puntos clave, y sería imposible hacerlo si no se puede aludir directamente a alguna escena o situación concreta)

Asalto al Tren (The Taking of Pelhalm 123) (2009)

"Buenos días ciudadanos, hoy hace un día precioso en la ciudad de Nueva York..."

Hace una semanita me acerqué a los cines Capitol de Gran Vía con mi hermano y Ana a ver la última cinta de Tony Scott, hermano del incombustible Ridley Scott, autor de maravillas como Blade Runner o Gladiator. Como primer comentario, decir que no se cómo será en otros cines, pero en estos, ver una película cuesta la friolera de 7,50 euros por persona, es decir, entre los 3, el precio es similar al de un Blu Ray, o al de dos DVDs de última hornada. Luego dicen que la piratería está acabando con el cine, y seguramente tengan razón, pero señores, hay que ser un poquito coherentes con el mundo en el que viven, no es ya que la gente pueda comprar la peli pirata, ¡¡¡es que una película original te cuesta menos!!! Por otra parte, debo decir que a nivel audiovisual el cine cumplió los estandares que se le presuponen, con una calidad de imagen y sonido maravillosas, especialmente por la sonoridad del impresionante teatro, la verdad es que así da gusto ver películas.

Pero bueno, reflexiones super manidas a parte, vamos a centrarnos en la película en sí.

Tony Scott siempre ha estado a la sombra de su hermano Ridley, y sin embargo ha sido capaz de crear algunas de las mejores cintas de acción de los últimos diez años, entre las que destaca Enemigo Público, con Gene Hackman y Will Smith, un verdadero peliculón, del que luego beberían muchísimas películas, como Bourne, por poner un ejemplo.

Con Pelhalm 123 Tony Scott da una vuelta de tuerca a su propia fórmula, y encuentra un equilibrio entre acción, humor y argumento, consiguiendo un producto equilibrado y que se hace realmente entretenida en toda su extensión, lo que para mí es lo más difícil de conseguir en este tipo de ejercicios.

La trama es razonablemente típica, secuestro a algo (en este caso es un tren, pero por ejemplo en Speed era un autobús) y los malos remalos que se ponen a negociar con el pinín de turno. Con tan poquito, es lógico que el peso recaiga sobre los actores, que recogen el testigo con una calidad asombrosa, recuperando al mejor John Travolta haciendo de malo (suele ser cuando más se luce, como en Swordfish, por ejemplo) y a Denzel Washington haciendo de bueno. Pero sin empalagar, como en los viejos tiempos, el actor ha madurado y después de películas como Training Day ha conseguido un balance mucho más creíble, y enseguida consigue la empatía del espectador.

¿Es suficiente con un cruce de este calibre para hacer una gran película? Pues si, es suficiente, pero Tony Scott es un director ambicioso en su género, y nos propone un tercer gran protagonista, la ciudad de New York. Y gracias a ello, nos encontramos con una fotografía fantástica en la que la ciudad se convierte en uno más, la ciudad y sus habitantes.

Porque los habitantes de Nueva York, sus habitantes del día a día, tienen también un papel protagonista en la película. Ridley Scott es conocido por integrar su visión sobre el mundo y la política en sus películas, como ya hiciera en Black Hawk Derribado, o en el Reino de los Cielos, incluyendo un discurso claramente crítico hacia la política de Bush y de su país. Ahora Tony se une a esta lucha, y con Pelhalm hace una clara crítica a la gestión de los atentados del 11-S, a la vez que homenajea al “Pueblo de Nueva York” otorgándole un rol heroico y participativo, y junto a las fuerzas del orden son las que se enfrentan a la amenaza. Sin embargo, las fuerzas políticas aparecen como unos pusilánimes indecisos más preocupados en sus problemas personales y en su imagen que realmente en solucionar el problema. Realmente no se si esta crítica viene a cuento en el momento político en que nos encontramos, pero francamente pienso que el cine muchas veces peca de aséptico y de no mojarse, y me gusta que me ofrezcan la posibilidad de participar de un debate de esta índole.

Entrando en el plano artístico, Scott como siempre es indiscutible en los campos clave, esto es, fotografía, montaje, dirección artística... Sin embargo utiliza una serie de planos que trabaja a una velocidad de fotogramas muy baja, para crear un efecto visual que probablemente busque fomentar la tensión, pero que a mí me parecieron forzados y artificiales, sin que con ello quiera decir que sean malos, simplemente me parecieron innecesarios. Los efectos especiales son contundentes, y muy realistas. La película es para adultos y no adultera (valga la redundancia fonética) los acontecimientos. Es una película cruda y no se avergüenza de ello. La banda sonora cumple con las expectativas y ayuda a mantener la tensión en todo momento. Mención aparte, tristemente habitual de un tiempo a esta parte por cierto, la merece el doblaje, que sin ser especialmente malo, resulta incomprensible, pues los actores de doblaje están intercambiados, como ocurriera en Star Wars, y se hace extraño ver a actores que siempre tienen una voz, hablando con otra distinta. Además, algunos actores de doblaje son grotescos y dan la sensación de aburrirse soberanamente. No se si son imaginaciones mías, pero parece que en su afán de multiplicar los beneficios, también están recortando duramente las inversiones en doblaje, y los más perjudicados al final somos como siempre los espectadores. Y no olvidemos tampoco la traducción del título, que como en España somos unos zoquetes, un título como Pelhalm 123 no nos resultaría sugerente, así que vamos al ultra obvio "Asalto al tren". Parece que la película podría ser un remake de una película antigua que en España se estrenó con ese nombre, pero no he encontrado referencias claras al respecto, si sabéis algo me contáis.

Y eso es todo. Una película recomendable y divertida, como producto de acción que es. Ahora bien, en su campo, cumple las espectativas y se pone como lo mejor que ha salido en lo que llevamos de año en el campo de la acción, que no es poco decir. Si la véis me contáis, y de mientras, ¡un abrazo muy fuerte!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Denzel nunca me defrauda...
Siempre tiene ese gesto tan...creible?
Entretenida, una peli de acción recomendable, aunque para mi gusto, peor que Training Day.

faustoArt dijo...

Estoy de acuerdo con tu comentario. La película en su conjunto a mí me parece buena, y de hecho me parece mejor que Training Day, aunque ahí andan. Si nos centramos en Denzel, la clave está en que con Training Day tuvo un cambio de registro genial, que le hizo dar un salto de calidad tremendo. A partir de ahí para mí dio un slto de calidad, con joyitas como Inside Man (que por cierto va a tener una continuación en el 2010) o American Gangster. Menos mal, porque en sus papeles pastelosos anteriores llegaba a resultar muy empalagoso!

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