7.9.08

Twister, o de cómo sacar una película vete tú a saber de donde



Título: Twister
Director: Jan de Bont
Año: 1996

ATENCIÓN: En este post hay SPOILERS, si no has visto la peli no lo leas que te la cargas!

Hasta ahora no había hablado nunca de cine, o al menos eso creo. Pero tras acabar de ver hoy esta película, me han entrado unas ganas locas de hacer un par de apuntes.

Antes de nada decir que, aunque este blog pretende estar centrado principalmente en diseño gráfico y arte visual, no deja de ser un proyecto amplio en el que se da cabida a todo tipo de manifestaciones artísticas, y el cine sin duda alguna lo es. Algún día me gustaría tratar el tema del arte en los “mass media” y de su validez, interés, etc.

Pero partiendo de la premisa de que el cine es arte, esta es una buena oportunidad para hacer un breve acercamiento a “Twister”.

Esta película nació en pleno auge de las películas con efectos especiales sintéticos, y se hizo muy popular en su momento. Con un guión de Michael Chrichton y producida por Steven Spìelberg, los dos padres de Parque Jurásico, la película fué un auténtico bombazo, y realmente supuso el resurgir de las películas de desastres naturales, seguida poco tiempo después por Dante's Peak, Deep Impact, etc.

¿Y cómo ha llevado esta película el paso de los años?

Pues sorprendentemente bien. El argumento y el ritmo de la película son un auténtico referente para cualquier película de desastres grabada después. Siendo ambiciosa en lo audiovisual, la película plantea un guión muy sencillo pero increíblemente eficaz. Siendo el tema principal el de los cazadores de tornados, todos nos hemos aburrido de ver una y otra vez documentales en Discovery Channel sobre el tema. Pero a partir de este tema tan simple, de repente Michael Chrichton hace gala de sus enormes dotes de narrador y se saca de la chistera un malo (un científico cazador de tornados que lo hace por la fama y el dinero, y no por la ciencia :D), una historia de amor, un filón para las bufonadas con un par de personajes especialmente diseñados para ello, y un delicioso conglomerado de coches, persecuciones, y por supuesto, los tornados, auténticos protagonistas de la película. En realidad, una vez que se analiza el ritmo (perfecto, como siempre en las pelis de Spielberg), los roles de los personajes basados en las relaciones que se forman entre sus personalidades, y todo ello aderezado con una música sobervia y unos efectos especiales espectaculares, entonces el coctel estás servido, y realmente está muy bueno.


Es genial el uso tan obvio que se hace del lenguaje visual, que al igual que con los personajes es obvio, fácil de entender y muy claro, con algunos momentos tan descaradamente evidentes que es imposible no dibujar una sonrisa.

Debo hacer énfasis en que una película tan espectacular gana muchos enteros cuando la ves en condiciones, otro tema que me gustaría tratar en profundidad en cuanto tenga tiempo es la necesidad de que una obra sea reproducida siempre en un contexto lo más parecido posible al original. Igual que no es lo mismo ver las meninas en directo que verlas en una pequeña foto de google diminuta, parece obvio que una película pensada para verse en una pantalla de varios metros cuadrados y un sistema de sonido envolvente a todo volumen no impacta como debería cuando lo ves en la tele, con sus anuncios, y el sonido bien bajo para no molestar al vecino de al lado...

En resumen, me quedé encantado de volver a ver esta película, y tenía ganas de comentarlo un poco por estos lares. Lógicamente no es una reflexión sobre la vida a través de las sutilezas de una rama de bambú meciéndose, es una peli simple y entretenida, que llega a impresionarte muchísimo y a hacer que tengas sensaciones muy intensas a través de lo grandioso de su planteamiento audiovisual y su ritmo genial, y eso es algo que yo desde luego valoro muchísimo.


Si alguien no la ha visto, ¡ya me contará! Un abrazo a todos, ¡y no os preocupéis que esta semana ya empiezo con las fotos de Berlín!

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